Cuando vamos a recuperar una pieza debemos plantearnos qué pide ésta. Por más que nos guste un acabado, cada mueble es único, y hemos de centrarnos en resaltar su propia belleza, sus líneas y su encanto natural. De nada servirá que restauremos un mueble si la impregnamos de un carácter que nada tiene que ver con sus formas.
Os había presentado esta mesita de noche - pareja de otra simétrica - en
este post. Con más de cincuenta años, la preciosa pareja presentaba un estado de conservación bastante bueno. Después de aplicarles el
tratamiento para la carcoma, y de
pulir las manillas, llegó el momento de darles su
nueva cara.
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Mesita de noche, en su estado previo a la restauración. |
Las opciones barajadas fueron varias: dejar madera al natural, darles un acabado homogéneo en blanco roto...