jueves, 5 de abril de 2012

Un portal con sabor antiguo...

   En ocasiones, nos hayamos en espacios que nos "trasladan" a épocas pasadas: lugares concebidos para satisfacer las necesidades humanas con los materiales y diseños del periodo en que se construyeron.
   San Sebastián-Donostia es una ciudad llena de encanto urbanístico y arquitectónico. El área del "Ensanche de Cortázar" es una de mis zonas favoritas. Debe su nombre al arquitecto D. Antonio Cortázar, ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento donostiarra para la planificación urbanística del Ensanche  en 1.862.
Planta de situación zona "Ensanche de Cortázar"
   Perdiéndonos en sus calles encontramos auténticas joyas, dignas de ser admiradas tanto por fuera, como por dentro.
   Nos detenemos en un pequeño  portal, ubicado en una calle casi en el perímetro del Ensanche.
Vista desde la entreplanta hacia el exterior del portal.
    Una cristalera enmarca la puerta de madera de la entrada. Los vidrios se  distribuyen simétricos, por tonalidades: blanco, amarillo, rosa, verdes claros y oscuros... dejando que entre una luz suavemente multicolor.

    En el techo se definen cuidados detalles, que resaltan por su tono tostado. La luminaria, de forma cilíndrica, cuelga del techo alto por una gruesa cadena.

   En la entrada, nos recibe "una alfombra de mosaico", suelo que me recuerda mucho a los bocetos de punto de cruz. En él se reflejan nuevamente el color y los motivos florales, que se combinan con otros geométricos.
    En las paredes, alicatadas hasta media altura, descubrimos una cerámica exquisita: piezas llenas de matices y vivos colores, difíciles de encontrar en construcciones más recientes.
   Franjas lisas, flores, hojas... fluyen desde los tonos verdes, rosados, azules, malvas... sobre el blanco como fondo principal, y llegan hasta las guirnaldas que rematan el alicatado en su parte superior.
   En la guirnalda los colores se multiplican dando lugar a amarillos, tostados, rojos... y nuevos e intensos verdes esmeralda...
   El remate se simplifica al llegar al tramo de escaleras, donde se omite la guirnalda.
   Ya en la entreplanta, queda alicatada una altura aproximadamente de 50 cm., haciendo un efecto de zócalo alto.
   Un portal antiguo lleno de materiales espléndidos, color y armonía, que a persar del transcurrir del tiempo - largo... - y el uso, no ha perdido su encanto original.
¿Qué os parece?

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